Los ataques de ansiedad son episodios de miedo, preocupación e inquietud que pueden durar entre 10 y 30 minutos. Son el resultado de un nivel muy alto de estrés que provoca una reacción física en el organismo. Los síntomas pueden incluir cambios en la frecuencia cardíaca, dificultad para respirar, sudoración, mareos, entre otros. Los ataques de ansiedad pueden ser parte de un trastorno de ansiedad o pánico, o pueden ocurrir de forma aislada.
¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad es una emoción normal y adaptativa que nos ayuda a estar alertas y
preparados ante situaciones que percibimos como amenazantes o peligrosas. La
ansiedad nos motiva a actuar y a resolver los problemas que se nos presentan. Sin
embargo, cuando la ansiedad es excesiva, persistente o desproporcionada con respecto
a la situación real, se convierte en un problema que afecta a nuestra salud y a nuestra
calidad de vida.
¿Qué factores pueden provocar los ataques de ansiedad?
No existe una única causa que explique el origen de los ataques de ansiedad, sino que se trata de un fenómeno multifactorial que puede deberse a una combinación de factores físicos, psicológicos y ambientales. Algunos de los posibles factores que pueden provocar los ataques de ansiedad son:
● El estrés, la ansiedad, la ira, la frustración y la tensión. Estas emociones pueden provocar que los músculos se tensen y que el sistema nervioso se active, lo que aumenta la presión arterial, el ritmo cardíaco y la respiración. Esto puede generar una sensación de ahogo, de palpitaciones, de opresión en el pecho y de mareo, que a su vez pueden desencadenar un ataque de ansiedad.
● Los problemas de salud, como las enfermedades cardíacas, respiratorias, hormonales, neurológicas o digestivas. Estas enfermedades pueden causar síntomas similares a los de la ansiedad, como dolor en el pecho, dificultad para respirar, sudoración o náuseas. Estos síntomas pueden confundirse con los de un ataque de ansiedad y generar más ansiedad, lo que puede provocar un círculo vicioso.
● Los medicamentos y otras sustancias, como los antidepresivos, los estimulantes, los antihistamínicos, el alcohol, el tabaco, la cafeína o las drogas. Estas sustancias pueden alterar el equilibrio químico del cerebro y afectar al sistema nervioso, lo que puede aumentar la ansiedad y favorecer los ataques de ansiedad.
● Los trastornos del sueño, como el insomnio, la apnea del sueño, las pesadillas o el jet lag. Estos trastornos pueden alterar el ciclo normal del sueño y afectar a la calidad y a la cantidad del descanso. Esto puede provocar cansancio, irritabilidad, falta de concentración y mayor vulnerabilidad al estrés y a la ansiedad, lo que puede facilitar los ataques de ansiedad.
● Los factores ambientales, como el ruido, la contaminación, el calor, el frío, la multitud o el encierro. Estos factores pueden generar incomodidad, malestar, nerviosismo y sensación de amenaza, lo que puede aumentar la ansiedad y desencadenar los ataques de ansiedad.
● Los factores psicológicos, como la personalidad, las creencias, los pensamientos las expectativas, las actitudes, las emociones y los recuerdos. Estos factores pueden influir en la forma de percibir, interpretar y afrontar las situaciones que se viven. Algunas personas pueden tener una personalidad más ansiosa, insegura, perfeccionista o dependiente, que les hace más propensas a sufrir ansiedad.Otras pueden tener creencias irracionales, pensamientos negativos, expectativas irreales, actitudes derrotistas, emociones reprimidas o recuerdos traumáticos, que les hacen más vulnerables a los ataques de ansiedad.
¿Cómo se pueden prevenir y tratar los ataques de ansiedad?
Los ataques de ansiedad se pueden prevenir y tratar mediante diferentes estrategias, que se deben adaptar a cada caso, según la causa, la frecuencia, la intensidad y las consecuencias de los mismos. El objetivo es reducir el estrés, la ansiedad y el miedo, y mejorar el bienestar físico y emocional de las personas afectadas. Algunas de las opciones de prevención y tratamiento son:
● Las técnicas de relajación, como la respiración profunda, la meditación, el yoga, el mindfulness o la música. Estas técnicas ayudan a relajar los músculos, a calmar la mente, a regular la respiración y el ritmo cardíaco, y a disminuir la ansiedad y el miedo.
● La actividad física, como caminar, correr, nadar, bailar o practicar algún deporte. La actividad física libera endorfinas, que son sustancias que producen placer y bienestar, y reduce el cortisol, que es una hormona que se libera ante el estrés y la ansiedad. Además, la actividad física mejora la salud, la autoestima, el ánimo y el sueño.
● La alimentación saludable, como consumir frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, frutos secos, pescado y agua. Estos alimentos aportan nutrientes esenciales para el funcionamiento del cerebro y del sistema nervioso, y ayudan a prevenir el cansancio, la irritabilidad y la ansiedad. Se debe evitar el consumo excesivo de alcohol, tabaco, cafeína y alimentos procesados, que pueden alterar el equilibrio químico del organismo y favorecer los ataques de ansiedad.
● La higiene del sueño, como establecer horarios regulares de sueño, evitar las siestas largas, crear un ambiente cómodo y tranquilo en el dormitorio, evitar el uso de dispositivos electrónicos antes de dormir, y evitar el consumo de alcohol, tabaco y cafeína por la noche. Estas medidas ayudan a mejorar la calidad y la cantidad del sueño, y a prevenir el insomnio, el cansancio y la ansiedad.
● La terapia cognitivo-conductual, que es un tipo de psicoterapia que se basa en modificar los pensamientos, las creencias, las actitudes y los comportamientos que generan ansiedad y miedo. Esta terapia ayuda a identificar, cuestionar y reemplazar los pensamientos negativos e irracionales por otros más positivos y realistas, y a enfrentar progresivamente las situaciones que provocan los ataques de ansiedad, mediante técnicas de exposición y de reestructuración cognitiva.
● La terapia farmacológica, que consiste en el uso de medicamentos, como los ansiolíticos, los antidepresivos, los betabloqueantes o los antihistamínicos, para aliviar los síntomas físicos y psicológicos de los ataques de ansiedad. Estos medicamentos deben ser recetados y supervisados por un médico, y se deben usar con precaución, ya que pueden tener efectos secundarios y generar dependencia.
¿Cómo podemos ayudarte desde Fisio Sin Estrés?
En Fisio Sin Estrés somos especialistas en el tratamiento de los ataques de ansiedad desde una perspectiva integral y personalizada. Contamos con un equipo de profesionales cualificados y con amplia experiencia en fisioterapia, osteopatía, acupuntura y masaje terapéutico, que te ofrecerán una atención de calidad y un trato cercano y humano.
Nuestro objetivo es ayudarte a aliviar el dolor, la tensión y la inflamación que los ataques de ansiedad pueden causar en tu cuerpo, mediante técnicas manuales, ejercicios específicos y consejos prácticos. Además, te enseñaremos a relajar los músculos, a mejorar tu postura, a respirar correctamente y a controlar tu ansiedad y tu miedo. Si sufres de ataques de ansiedad o crees que puedes padecerlos, no dudes en contactar con nosotros y pedir una cita. Estaremos encantados de atenderte y de ofrecerte la mejor